Colapsado por el ajetreo, por esa contaminación acustica que todo lo ensucia, te quedas en silencio, mirando a la nada, intentando eliminar de las ideas, esas noches de tensa calma.
Hay dias que no duermes, que solo piensas, que das vueltas en la cama, te enrredas en los pensamientos y te estrellas.
Te levantas, miras a tu alrededo y te paras, te vuelves a la cama, te tapas, te resguardas.
Te resguardas de todo ese caos, de esas voces que no cesan, de esos escritos que no llegan, de esos silencios que no se escuchan, de esos gritos que no se aprecian, de esos, de esos que te miran y no te saludan, que te saludan y no te miran, que te miran y te ensucian, te resguardas.
Odio y tensa calma, interiores vacios, criticas desmesuradas, ruido.
Ruido proyectado en todas direcciones, direcciones participes del aplastamiento, al cual, día a día te someten.
Te someten y no te enteras, te gritan pero no lo aprecias, te maltratan y no te quejas.
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