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jueves, 17 de diciembre de 2015

Incredulidad

Sere que tiendo a pensar demasiado, cuando veo en lo ocurrido ayer en Pontevedra, un teatro orquestado por el PP, para mientras gracias a la pena suscitada en la sociedad, causada por un menor de 17 años (casualidad) hijo del administrador de la bolsa de comercio de Pontevedra, imputado por Fraude (a que me suena), proveniente de una familia pudiente (de las que ya pocas van quedando gracias a la buena gestión del gobierno) ayudada con tan buenas fotografías retocadas por el ABC, más la ayuda de el Mundo y otros medios de in"comunicación", que bombardearan hasta el día de las elecciones, con diversas informaciones del actor del puñetazo, hacer que esta se olvide de las atroces leyes que viernes a viernes, mariao rajau fue imponiendo. 
Hacer de toda su fraudulenta y corrupta gestión, un puro comic, y olvidarse de todos esos desahuciados y enfermos faltos de sanidad y miles de suicidios, que dia a dia, llenan las esquelas de esos periódicos que con la muerte de los mismos, llenan sus bolsillos, gracias a las tasas impuestas.

Desgraciadamente, España esta compuesta por una suciedad mayoritaria, que siente pena por el agresor y no por el agredido, una suciedad, que protesta por la cancelación de un partido futbolístico, mientras se queda quieta ante la ilegalización de ideas y partidos políticos. Una suciedad que deja de lado a todos esos emigrantes que tuvieron que salir de ese putrefacto estado, para intentar ganarse la vida. 

Seguir discutiendo por un rasguño, que ni gota de sangre produjo, para cuando os queráis dar cuenta, tengáis nuevamente otros 4 años de sufrimiento y odio y asqueo, para dentro de 4 años, volver a olvidar lo ya pasado.

Decirme a que multinacional votareis el 20 de diciembre, y tranquilamente os indicare que títere sin cabeza y falto de moral social, ocupara el sillón presidencial los próximos 4 años. 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Mexico

Antes de viajar a México, como muchas otras veces antes de viajar a Latinoamérica, no hubo quien, no me dijera que tuviera cuidado. Que en Mexico podrían robarme, secuestrarme incluso hasta matarme, paradójicamente, procedo de un lugar, Euskal Herria, donde con total impunidad, cometen las mismas barbaridades, las cuales hace 30 años, como tantas otras veces nos ha tocado presenciar, le costo la vida al joven vasco Mikel Zabalza. Me hablaban de la presencia masiva de policías, de lo inseguro que era tratar con los mismos, y de la corrupción que, entre sus filas se podía respirar, la verdad, nose si me hablaban de Mexico o de Euskal Herria. 
Estando ya en Mexico, empecé a adentrarme en los diferentes ámbitos de vida, pudiendo ver, como, la presencia de gente adinerada, se entremezcla con la pobreza masiva que padece el país. Pude presenciar la sonrisa en la gente pobre de recursos. Con unos ojos llamativos que no pocos visitantes de las más prestigiosas joyerías, desearían poseer, y con una mirada más que majestuosa, al recibir algo, que para cualquier materialista, no representará nada. En Oaxaca y Chiapas, pude visitar lugares magníficos, tuve la oportunidad de conocer gente muy agradable y la grata experiencia de poder ayudar de forma práctica, a Sergio Castro Martinez, un hombre que si bien cuenta con unos cuantos años (nacido en 1941), en los cuales, la gran mayoría de la humanidad, no es capaz de realizar mucho esfuerzo, el se desenvuelve a la perfección, ayudando a los más necesitados. Siendo ingeniero agronomo, maestro y veterinario, trabaja 6 días a la semana, en los cuales, realiza diferentes visitas a las casas y diversos lugares, en donde y sin muchos recursos, cura y motiva a pacientes que si bien por falta de recursos, o por dificultad en la movilidad, la sanidad no los atiende como debieran. Tiempo que compagina, para visitar alguna que otra escuela ó clínica, que decidió, sin ayuda del gobierno mexicano, construir o que en la actualidad aún sigue en proyecto de construcción, y que tras un periodo corto de tiempo de descanso, se dirige diariamente a su "clínica Museo" donde, al mismo tiempo que atiende a diferentes pacientes, da la oportunidad al visitante, de contemplar un lugar, que gracias a la solidaridad de la gente, sigue mejorando, donde el turista, puede conocer de primera mano, las diferentes vestimentas y herramientas, de las diversas culturas que conviven en Chiapas. Y si ya de por si, su labor humanitaria puede parecer impactante, lo es más aún, al conocer, que nada cobra, y nada más que optimismo a la persona pide, ofreciéndoles de vez en cuando ayuda económica, para así, hacer mucho más amena, su periodo de recuperación.
Labor, que si bien como el indica, debiera ser lo más normal, es por desgracia una realidad desconocida por la gran mayoría de la gente, gente que debiera replantearse sus valores o al menos, pensar al respecto.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Pasado perdido

Debe ser el viento polar que se adueña de los rincones de la ciudad, el que por las mañanas pide a gritos la compasión de todos esos vecinos que, por miedo a congelarse, cierran a cal y canto sus puertas y ventanas, para de alguna manera, no permitir que ese escalofrío que tanto añoran en las calurosas noches de verano, entre en su espacio de confort. Confort, que desde hace un tiempo, se va adueñando de las calles, el cual, con el pretexto de ampliar los parámetros, en los cuales satisfacer la seguridad de todos, oprime el tan añorado espacio de movimiento, donde este, cada vez esta más olvidado. Resulta difícil encontrar un rincón, que no este contaminado por todos esos medios de distracción ciudadana, donde el ciudadano, procura atrincherarse en su espaciosa casa, no sea que la pequeña calle, congele sus tan ansiados pensamientos.

Va llegando la navidad, y con ella, va llegando la frialdad, la ansiada felicidad material, las sonrisas de segunda mano, las miradas distantes y las cartas al capitalismo, camufladas de Olentzero, Papa no es y los Reyes inhumanos.

Lamentablemente, como cada año, programaremos nuestra agenda, para comprar, comer, beber, comprar, comer, beber y ensuciar. De modo que saciaremos todas esas buenas almas, que día a día, van adueñándose de nuestro espacio de tranquilidad, para desde sus medios de incomunicación ciudadana, dictarnos nuestras necesidades más necesarias, de modo que nos sintamos a gusto, con las directrices preestablecidas.

Personalmente, deseo para este año unos regalos llenos de sonrisas, abrazos, paseos bajo la Luna en compañía de ese solitario viento polar y por si todavía quedase sitio en la cesta, una buena sesión de cosquillas y por que no, una buena charla.