sonreir

Se abre la puerta y ahí estás, esperandome con una sonrisa, con esos ojos brillantes y espectantes, los metros que nos separan se hacen eternos, paso tras paso, se va acortando esa distancia que nos separa, ese momento tan ansiado llega, tantos meses de espera e incertidumbre, tantos momentos de nostalgia, tantas semanas llevándote en mi mente y ahí está, la fusión esperada. Mis brazos se sumergen en tu cálido cuerpo, te abrazan, los escalofríos de tú cuerpo se funden al son de mis latidos, te estrujo. Necesito eliminar el lastre acumulado, sentirte, acariciar tu cabello, impregnarme de tu fragancia y tranquilizarme. Al fin juntos! Tengo tantas cosas que contarte, tantos sentimientos que transmitirte... pero ahora no necesito más, solo sentir tu abrazo, derretirme y reparararme. No imaginas lo que anhelaba este instante, la falta que me hacía sentirte, acariciarte, escuchar tu respiración, notar esos latidos acelerarse. Escuchar tus susurros, no, no quiero separarme aún, necesito transmitirte la energía guardada, necesito seguir abrazándote, necesito dejar que mi cuerpo hable, necesito escuchar tu cuerpo, vibrar juntos, saber que todo a pasado, saber que no es un sueño. Necesito sentirte, mirarte a los ojos y sonreír. 

Harto

Mi cuerpo explota por dentro, mientras por fuera se ve firme, remolinos de recuerdos, ideas, pensamientos y sentimientos, se acumulan con la intención de salir todos a una como fuenteovejuna. Un estado de alerta constante, que día a día pesa como una lápida, que no deja de aceptar la tierra que le cae encima. 

Me encantaría gritar a los cuatro vientos, correr, saltar y abrazarte como si no hubiera un mañana. 

Cansado de decir que estoy bien, de esas palabras vacías, escupidas por toda esa gente que te mira sin ver. Cansado de esas conversaciones sin contenido, de esos ¿quetal? con sombra de yo quiero. Harto de todos esos afectos de cartón, harto, harto de todos esos que solo están cuando nadie los necesita. 

Harto de posponer planes, harto de perder a gente por el camino, harto de tener que rechazar nuevas amistades, harto de cerrarme, harto de ser mi único contacto en la vida real, harto de estar harto. 

Harto de tener que recurrir a los libros, de esconderme tras sus páginas, de soñar despierto, harto de no poder despertar, harto de tener que ocultar mis sentimientos, harto de tener que sonreír y decir que estoy bien. 

Harto de anhelar un abrazo, harto de que los susurros no me ericen la piel, harto de notar las lágrimas como única caricia.