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viernes, 21 de agosto de 2020

sensaciones

Son sensaciones que uno va acumulando hasta que llega un momento en que no hay más espacio para que otras nuevas accedan a los rincones perdidos de ese mundo, mal llamado pensamiento. 

Hoy soy yo quien opta por escribirte. Acostado, escuchando el tic tac del Reloj, con una bombilla encendida y un aire caliente, se encuentra tu mente cabalgando entre los acontecimientos, que como gotas de agua, van saltando a medida que una lancha va surcando las aguas, de un río en calma.

Estaba preguntándome que será de ti, ahí, solo, en ese país frío, diferente, burocrático... conservador, de buena cerveza, buen vino blanco, mala comida y un asco de fruta en el supermercado. 

Supe que no te dejaron volar en marzo, ni tampoco pudiste venir en abril ni en mayo... me dijeron que en junio y julio tampoco pudiste volar y se que en septiembre tampoco vendrás. 

Ambos sabemos, que en octubre, no te dejaran volar, y que este año, las navidades, alejado de tus seres queridos, deberás por obligación, pasar. 

Me gustaría que me contaras, quetal es la vida en el extranjero, quetal se vive esta plandemia, que azota a casi todo el mundo, quiebra las economías, endeuda a las clases pobres, enriquece a las clases altas, mata a las clases bajas, hace desaparecer por arte de magia las demás enfermedades, hace que los poderes fácticos, los políticos y mandamases, se preocupen como nunca de la salud de ese pueblo, años antes abandonado y silenciado, mientras en el mundo, llevamos décadas, observando, como muchas enfermedades van matando a cientos de personas a diario, sin que a nadie de los que ahora mismo les importamos, hagan nada por solucionarlo. Vemos también, como todos esos niños que de la noche a la mañana importan, siguen muriéndose de hambre y sed, mientras esas clases altas, que desbordan los medios de comunicación, con noticias en pro de la salud de sus ciudadanos, se atiborran a comida, que no pueden terminar y privatizan el agua que a todos debería llegar..

Me gustaría, que me dijeras, que se siente, viéndote encarcelado en un país sin barrotes físicos, con libertad de movimiento, aunque este se vea truncado a la vez, por un test y una cuarentena obligada.

Me encantaría que me dijeras, si el 6 de septiembre del 2012, debería de tomar el avión, que me llevará para Alemania, me gustaría, que me informaras, si merecerá la pena, cambiar mi forma vida al 100% o debería de buscar alguna otra alternativa, que llevará a mi persona a otra vida, con otros recuerdos, otros pensamientos, otros conocidos, otros barrotes, otras prohibiciones, en definitiva, si sería más conveniente llegar a otra cárcel, con otras normas, otros paisajes, misma soledad y por qué no, mismas preguntas.

Hecho de menos nuestras conversaciones silenciosas, nuestras tardes tranquilas al son de las olas del mar. Aún recuerdo tu mirada inquieta, tus contestaciones punzantes, los paseos en coche, sin rumbo aparente. Aún recuerdo.

Tengo tantas cosas que contarte, tantas formas de iniciar la narración, tengo tantas cosas, tanta ilusión o tal vez no tenga nada, solo un vago recuerdo alimentado cada día por esa sensación que uno va acumulando, hasta que llega un momento, que ya no hay más espacio, para que otras sensaciones puedan acceder a los rincones perdidos, de ese mundo, mal llamado pensamiento.

domingo, 9 de agosto de 2020

introvertidos

Lo fácil que es para los extrovertidos llegar y hablar y lo difícil que se nos hace a los introvertidos llegar y tener que hablar... sobre todo si es en un grupo. 

No es la primera vez que me preguntan si estoy bien, simplemente por estar escuchando sin decir nada... no es algo nuevo... ya en su día, siendo más joven, el grupo de amigos se metía constantemente conmigo, por no decir una sola palabra, al no ser, que me preguntaran directamente...

Nunca he sido de hablar mucho en grupo, más bien soy de escuchar, analizar a la gente, conocerlos... 

Aún recuerdo el primer día, como técnico de medio ambiente, cuando me tocó enfrentarme a un grupo de adolescentes, que llegaban de una escuela de Bilbao, para aprender los entresijos de las energías renovables... aún noto el nerviosismo inicial en todo mi cuerpo, aún me veo a mi mismo analizandome, observandome desde fuera... aún recuerdo los ojos de los adolescentes mostrándome interés y sin darme cuenta como entramos en una espiral de preguntas y respuestas. 

Me considero una persona callada, que no tímida, ojo!, me gusta analizar las cosas con tranquilidad, me encanta el silencio y me siento muy cómodo estando solo, aunque tampoco le hago ascos a una buena compañía... siempre que me aporte y no me haga perder el tiempo. 

No es la primera vez que siento, la extrañeza en los ojos ajenos al verme solo, callado, simplemente contemplando el devenir del tiempo... no es la primera vez que escucho de boca ajena, la falta de interés que muestro hacia el grupo de personas con el cual puedo estar en ese momento, simplemente por no hablar, tal vez, la falta de interés se de en sentido contrario, y ni siquiera se molesten en acercarse y preguntar.

Me gusta escuchar, pensar en lo que me estan diciendo y posteriormente responder, eso si, sin prisa :) 

Me encuentro cómodo en un encuentro de tu a tu, o de un máximo de 3 personas, si bien, puedo buscar la compañía de grupos grandes, esta búsqueda/compañía, me termina absorbiendo demasiada energía, la cual, he de recuperar dedicándole tiempo a la soledad, pues es esta, y no otra, la que me regenera.

Me encantan los detalles insignificantes, el dar, sin esperar nada a cambio. Tiendo a alejarme de la gente que no me termina aportando nada productivo y tengo la mala costumbre de detectar a la gente que se acerca por interés, con los cuales dejo de tener contacto.

Me encanta saber que hay personas, que me piden consejo, que no les importa gastar un poco de tiempo en acercarse y compartir esas dudas y preocupaciones. 

De igual manera, me encanta saber que hay gente a la cual no le agrada mi forma de ser, pueden estar tranquilos, a mi, la suya tampoco.