Juntarse con familiares que no soportas, gastarte dinero que no tienes, malgastar tiempo que no te sobra, engañarte mil veces hasta pensar que esta tradición no es impuesta, que las compras masivas son lo primordial para tu bienestar.
Comprar, comprar para que la esclavitud siga su rumbo, para que los mas inocentes se alimenten y malcrezcan, para que el espiritu de la navidad no se pierda.
Mientras en una parte del mundo las calles se llenan de contaminación material y lumínica, en otras partes viven a esperas de que la vela no se consuma. 
Mientras en una parte del mundo la gente hace colas inmensas para comprar, en otras partes del mundo los niños hacen colas inmensas para trabajar. 
El virus navideño inunda vuestras mentes, dudas esenciales, como la compra de regalos para así poder hacer feliz a amigos y familiares, os colapsan el recorrido de las neuronas. 
Lo material se hace esencial, el mostrar lo que no tienes, es primordial. El gastar lo que no puedes, tu sueño, alimentar al capitalismo de la navidad, tu pasión.
 
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