Un año termina y otro empieza, toca hacer un balance y ponerse nuevas metas. Amistades que llegan, relaciones que se fortalecen, amistades que se pierden, amistades que no llegan... amistades que quieren llegar y no les dejan.
Hecho la vista atrás, y veo felicidad y tristeza, actividad y calma, logros y derrotas, veo unas cicatrices que dan forma a lo que en este momento soy, buenas o malas, esas cicatrices han forjado un espíritu que sigue adelante, sea dando brincos, corriendo, andando, cogeando... a cuatro patas, arrastrandose... la cosa es no quedarse parado, siempre hay que procurar avanzar.
Hecho la mirada atras, y veo un mundo en llamas, un planeta en guerra, veo lugares destruidos, personas sin casa, animales abandonados, niños sin hogar, ancianos sin visitas. Veo a gente trabajadora que se cree pertenecer a la clase media, criticar y tener miedo de la clase pobre, mientras la clase que realmente es media, los roba y la clase alta que nunca verán, los aniquila sin hacer ruido, sin pausa y sin la más mínima intención de sentir lastima.
Hecho la mirada atras, y veo a violadores en la calle, a torturadores paseando tranquilamente, a policias golpeando ancianos, a militares apoyando a los políticos y no al pueblo... veo a unos jovenes de Altsasu, que por una pelea de bar, van a pasar sus terceras navidades secuestrados, entre rejas, veo un estado lleno de cadaveres en cunetas, mientras sus asesinos colaboradores y simpatizantes piden respeto.
Hecho la mirada atras y veo, miro hacia delante y pienso.
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