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domingo, 27 de marzo de 2022

cambios

El stress y el cambio. Casi sin miedo a equivocarme, diría que ambos van de la mano. Y tanto un stress positivo como negativo, repercute en el estado de la persona, alterandola y creándole sentimientos dispares. 

A la mente me llegan varios de esos stresses vividos, donde dependiendo el motivo, uno llega a sentirse mejor o peor. 

Me viene a la mente el stress antes de un viaje y después del viaje. Recuerdo cuando preparába las cosas, me despedía de la casa y posteriormente del país y me adentraba en un avión que me llevaría a miles de km de distancia y no una vez, sino varias, casi en todas las ocasiones, el sentimiento de alegría e incertidumbre, colapsan mis sentidos y agrandan mi cuerpo, la alegría rebosa y se tiende a pensar en positivo, aunque siempre está la oveja negra, que te activa algún que otro sentido y te hace pensar en que pasará si llegas tarde, se pierde alguna maleta, se te olvida alguna cosa o se paraliza un motor y se cae el avión al océano... a medida que escribo esto me siento sonreír, recuerdo el salvavidas que uno tiene en el avión y todas esas instrucciones que a uno le dan antes de partir y me imagino cayendo desde miles de pies de altura y esperando a tocar el agua, para abrir el salvavidas y no morir... enfin, todo muy bonito. 

Recuerdo el stress a la llegada a destino, el encuentro con la gente que uno espera o el pedir un taxi y llegar al hotel, los sentidos se agudizan, uno se pone alerta, es lo que tiene salir del área de confort y encontrarse en un lugar poco o nada habitual y al finalizar el día... a uno lo invade el agotamiento y duerme, el stress desgasta. 

Recuerdo también el stress generado por los cambios de hora y más cuando uno no se los espera o más bien, no los tiene en mente. 

Hoy en la mañana tuve mi última dosis de stress, no la última, pero si la más llamativa en las últimas 24 horas. Sin tener en mente el cambio que se avecinaba, me fui a la cama y me adentré en un mundo de sueños el cual supuestamente duraría una hora más de lo estimado, o más bien, tenía que durar lo mismo que la noche anterior... incrédulo de mi... como cada noche, desde hace muchos años y para variar... me desperté, tomé agua y revisé la hora, eran las 3.30 (o eso pensaba yo...) "contento" me dije que aún quedaba tiempo para seguir durmiendo y me dí la vuelta... en poco tiempo sonó el teléfono... revisé, eran las 5! Mire al despertador... las 4, algo no cuadraba, volví a revisar, consulte internet... y seguía sin entender, por algún motivo, alguien había decidido robarme una hora de ese mundo de fantasía y entregarme antes de lo esperado a la realidad... al de unos minutos, me llegó a la mente el cambio de hora a finales de marzo! Adelantar una hora el reloj, para disfrutar de las horas de sol y ahorrar energía... ahorrar dicen. Lo gracioso es que no les da por cambiar la hora un lunes, y quitarte una hora de un día laborable (aunque uno también trabaje los fines de semana) si no que algún alma misericordiosa, pensó en el bienestar de los mortales y se dijo que lo mejor era robarles una hora del fin de semana, a fin de cuentas, el descanso está sobrevalorado. Lo de cambiar la hora a eso de las 10 de la mañana de un Lunes, y que de repente sean las 11, debe de no ser factible, no sea que el trabajador se alegre de tener que trabajar una hora menos... llegará octubre y ahí nos devolverán la hora robada hoy, con el pretexto de aprovechar las horas de sol y ahorrar energía. Después uno ve la subida continua de precios y como a las 5 de la tarde de un noviembre, ya es de noche, pero oye, todo sea por mantener vivo ese stress, que tanto nos mejora la vida.


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