Vistas de página en total

jueves, 4 de junio de 2015

Moviendo ficha

Dicen que dudar, abre la puerta a nuevos caminos, lo malo, o tal vez lo bueno, es que ante una duda, las opciones a elegir se multiplican y por ende, siempre existe la duda, de que camino será el adecuado, tal vez, si optamos por otra opción, esta sea mejor que la recién tomada, o puede, que la que elijamos ahora, sea mejor que la que pudiéramos elegir en otro momento. Ante una duda, dudamos si anteponer los conocimientos adquiridos, dudamos si optar por lo que nuestros allegados, bajo diferentes tipos de mensajes, nos indican, no sabemos si debemos de guiarnos por lo que en un momento especifico, nuestro corazón nos indica o si lo mejor es quedarse como uno esta, aunque lo que puede que no deje lugar a duda alguna, el mero hecho de plantearse cambiar, ya indica, que uno no puede estarse quieto sin hacer nada. La cuestión, entonces, regresa al punto de partida, hay que hacer algo, pero que... y es cuando se amontonan las dudas, y uno comienza a analizar, observar, recapacitar y experimentar sensaciones, que toda duda siempre trae consigo. Que hacer, cuando, como, experimentamos en carne propia, una partida de ajedrez, donde por cada movimiento, uno no solamente se centra en esperar a que el contrincante mueva, sino que antes de mover, uno debe de analizar las posibles jugadas por parte del adversario, analizar, que respuesta se daría ante "x" movimiento, y que posible jugada podría realizar nuestra pareja de juego, ante nuestra respuesta. Una jugosa combinación de pensamientos que probablemente termine cansándonos más que una larga jornada de entrenamiento físico, pero que, desde luego, para poder terminar una partida, sin que esto signifique que la cabeza del rey, toque el tablero, es si o si, moviendo una de las piezas y por ende, dando paso a una nueva visión, que a la vez, nos haga dar otro paso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario