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viernes, 19 de junio de 2015

Tunel de recuerdos

Unos ojos en los cuales me sumerjo para poder asistir a un mundo paralelo donde no hace tanto tiempo, pude nutrirme de experiencias ancestrales, que de alguna manera, enriquecieron mi ser. Linternas verdes en la oscuridad que como imanes, atraen la mirada, invitando a viajar y regresar a un mundo donde la conexión con la naturaleza, predomina bajo cualquier otra norma. Una cultura, donde antes de cualquier substracción a la naturaleza, se la pide permiso, en forma de diferentes rituales. Donde antes de un baño en el mar, se le pide permiso a este. Un lugar, donde un idioma ancestral, se escucha en las conversaciones de los ancianos del lugar, donde bajo un ritual en forma de conversación, uno va introduciendo los mensajes que desea transmitir, mientras de forma casi sincronizada, se van esclareciendo los más diversos temas, que nada o poco pudieran tener que ver, con el motivo de la reunión, pero que, sin esos temas que como mantas van arropando las cuestiones, estas, quedarían sin realizarse. Como si de un túnel de recuerdos se tratara, observo nuevamente como mientras la noche campa a sus anchas, los diferentes Ngen, protegen a esos pobladores que, haciendo del odio ajeno su fortaleza, nutren a todas esas familias que, por diferentes motivos represivos, han quedado sin mano de obra que trabaje el campo. Cortos pero intensos fueron los días, frías y largas fueron las noches, duras pero gratificantes todas esas caminatas, oscuras pero intuitivas los recorridos en plena oscuridad. Siempre me quedara la duda de que fue de Joaco y de Winca, que fue de la abuela, que fue de ese poblado ilegal, lleno de libertad a la vez que de represión. Que fue de todos ellos, que será de todos nosotros. MARICHIWEU!

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