Hipercor

Dice Arnaldo Otegi, que lo de Hipercor nunca tuvo que ocurrir, y si, nunca tuvo que ocurrir. Pero ocurrio. Nunca tuvo que ocurrir, pero ocurrio que el gobierno y policia no hicieron nada por minimizar la tragedia humana, pero ocurrio. Nunca tuvo que ocurrir, pero ocurrio que tras varios avisos por parte de ETA, la policia no solo no hizo nada, sino que encima no corto el acceso al recinto ni tampoco desalojo el centro comercial, no tuvo que ocurrir, pero ocurrio.

Tampoco debieron de suceder los asesinatos de Lasa y zabala, ni los atentados de los Gal, ni todos los asesinatos por parte del franquismo, ni todas las muertes causadas por los diferentes grupos ilegales financiados por el gobierno, ni todas las fosas comunes... ni las muertes en comisaría, ni los largos kilometros por parte de los familiares, para poder visitar a alguien privado de libertad, que al llegar a la carcel( si es que no mueren antes en alguna cuneta) ya no este, por ser trasladado sin previo aviso.

Tampoco debió de ocurrir el encarcelamiento de los jovenes de altsazu, ni la huelga de hambre que mas de uno pretende ocultar del preso político que lleva 22 días en huelga de hambre (Txikito).

Tampoco debieron suceder todas las violaciones y torturas sistemáticas en comisarias, ni el cierre de los diarios Egin y Egunkaria.

Tampoco debió de suceder la tortura y asesinato de Jon Anza.

Tampoco tuvieron que darse las desapariciones de tantas militantes vascas.

Tampoco tuvieron que darse las muertes o mejor dicho los asesinatos en las carceles, como tampoco deberían de estar los presos lejos de sus casas, y los gravemente enfermos todavía en la carcel, pero sucede...

Tampoco debiera haber muerto Juan José  crespo Galende, militante de los Grapo, un día como ayer de 1981, tras una huelga de hambre... 

Pero ocurrió y lamentablemente seguirá ocurriendo. No porque el pueblo no quiera vivir en paz, sino porque los politicos no quieren zanjar el sufrimiento.