Pensamientos criticos ante un sistema enfermante, en el cual, solo hay dos opciones, tu eliges cual.
Vistas de página en total
jueves, 4 de diciembre de 2014
Evidencias imperceptibles
Evidencias que no percibimos estando juntos, pero que se manifiestan de una forma descarada al alejarnos. Compañías aparentemente leales, que se deterioran cuando realmente se las necesita. Sonrisas atraídas por lo material, convertidas en gestos llenos de odio, cuando lo material se convierte en vacío. Vacío que es característica principal de esta gente, optando por hacer de su vida un comercio, donde a más gasto más felicidad y a más regalos materiales más amor, donde la simplicidad es aburrida y todo aislamiento de lo tecnológico es una forma de tortura, por muy increíble que sea el sitio donde llegue a parar. Nos tienden a señalar que los estados de animo en el cual nos encontremos, hace que la gente se comporte de una forma u otra, por lo general, si tu estado de ánimo es bueno, lograras mayor atracción que si este se encuentra en un estado decadente, cuando lamentablemente es donde realmente se necesita la compañía y pocas son las personas que se animan a respaldarla. Estado de ánimo que en muchas personas se manifiesta de una u otra manera, por la cantidad material que puedan tener, deteriorándose de una forma precipitada cuando no obtienen la cantidad deseada, aunque esta sea superior a las necesidades de dicho ser. Estadisticamente y como contrapartida a los rumbos que nos marcan desde las altas instancias para nuestro supuesto bienestar, nos encontramos con que, la gente de pocos recursos materiales, son los que más imaginación y poder de alegría tienen, solamente con observar sus ojos y su sonrisa, nos desprenden una energía que ninguna persona rica en materia poseerá nunca. Tal vez, deberíamos replantearnos a quien beneficia el consumo desmesurado y si realmente lo que tenemos lo necesitamos. Deberíamos de conocer si las personas con las cuales compartimos nuestras vidas, estarán ahí cuando realmente se las necesite, lamentablemente, la cercanía nos ciega, la lejanía nos ayuda, pero es el tiempo el que nos lo termina indicando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario