Pensamientos criticos ante un sistema enfermante, en el cual, solo hay dos opciones, tu eliges cual.
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martes, 2 de diciembre de 2014
La tranquilidad distorsionada
Sumergido en uno de los pozos de la piscina, observando el ir y venir de gente, sus miradas, murmullos y movimientos, tres adolescentes que hace años dejaron de ser niñas, se aproximan y haciendo caso omiso al cartel de prohibición, saltan alegremente el muro, para llegar de su pozo actual, al que yo, acompañado de mis pensamientos, me encuentro. Su meta, jugar, como niñas de pocos años, con un gran chorro de agua que proyecta la presión hacía arriba. Lamentablemente, el chorro no atrae únicamente a esas tres almas, sino que como imán al hierro, sucumben (para deterioro de la alegría que en los ojos de las 3 chicas se dejaba aflorar) dos niños de algo menos de 4 años, que haciendo valer su capacidad acaparadora, las expulsan y se hacen con el control del juego. Pocos segundos después, el chorro decae, se esfuma, y los niños que con tan descaro arrebataron el juego, ven sus cuerpos sumergidos en una agua sin presión, y como si hubieran leído mis pensamientos, alejanse rápidamente del pozo, para sin mayor esfuerzo, volver a mis pensamientos y observaciones.
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