Preocupaciones de pasado

Preocupandonos del futuro en demasía, olvidamonos prematuramente del presente para progresivamente en el futuro, recordar el pasado. Dámonos cuenta de lo fugaz y en su mayoría ridículo que llega a ser y si bien nos decidimos a variar, de modo que podamos tener mejores recuerdos, terminamos como pobre hámster, corriendo precipitadamente en una ruleta, sin pretender parar y darle margen al presente. Vivimos para trabajar, de forma que con el trabajo, podamos, (si es que podemos) cuando seamos mayores, intentar vivir los últimos 10 años de nuestra corta vida. La idea no es, si al envejecer podremos vivir... la pregunta es, si antes de envejecer, hemos vivido.